viernes, 6 de noviembre de 2009

soldadito


Pequeño soldado se adentra con las manos sucias a la batalla donde se encuentra el poder; ha perdido su casco y se escuda en su inocencia, nadie le ve.
Pequeña silueta armada de una pluma, una escalera y un papel, trata de entender por qué ha comenzado una guerra frete a él.
Subiéndose a un árbol intenta gritar…bien lo sabe el silencio y el eco de su bondad.
En medio de la niebla hace un círculo en la arena, mientras crea un castillo en medio de la caminata de gigantes de piedra; con sus números, se llevan su cometa…
Hoy he visto sus huellas en el barro.
La seriedad de sus preguntas, la intensidad de sus pasos, el arrastre de su sorpresa, la fragilidad de sus brazos.

…Hoy lo ha premiado un gigante por haberse quedado en silencio: le ha regalado un rifle y un escudo invisible de acero.


El soldado se adentra en la batalla.

Ha aprendido el valor del silencio, el dolor de una pregunta y el deber de quedarse quieto. Le han adiestrado para ser recto, no había opción, se rompió su reflejo.

Su sombra se proyecta en el mar, gigante como el sol, la quiere alcanzar. Sus huellas se borran con la espuma tras bailar, quiere escuchar la melodía, quiere hacerla escuchar, traer la alegría que los gigantes han olvidado recordar.
Se escuda en su saco y la corbata que le han dicho debe usar, quiere ser grande y poder hablar, cuando el resto le haga caso, cuando se queden en paz. Se escuda en al inocencia que guarda en un bolsillo y se quita los zapatos no le importa sentir frío.

… hoy lo he visto caminando en el vacío

Sus manos se han desgarrado, su corazón sigue asustado sin saber que le rodea.
Veo una sombra gateando bajo el espacio vacío que deja una puerta abierta, veo sus ojos llorosos tras una sonrisa pequeña y gotas de lluvia cayendo sobre su cabeza.

Se escuda en la inocencia que guarda en un bolsillo; camina alegre, para el no existen los corazones vacíos.
Tantos gigantes siguen su camino, el siente, tienen miedo y se dejan llevar, la marea es fuerte, sin embargo camina sin dificultad.

Corre tras su sombra, armado de una pluma, una escalera y un papel, esquiva las balas subido a un viejo carrusel.
Corre hasta caer, armado de una pluma, una escalera y un pincel, se adentra a una batalla que comienza a conocer.

Pequeño soldado proyecta su luz a la cima de un árbol, la quiere alcanzar, se quita los zapatos.
Le regalan una espada, mientras caminan sobre el, los gigantes lo han adiestrado, un espejo se rompía mientras intentaba ver.

Pequeño soldado camina en dos pies, toma una pala y un cordel, camina ocultándose en su inocencia, camina sobre un suelo plasmado de inconciencia, camina con una sonrisa en su cara seguro de que vive, seguro de que siente.
Ha dejado su casco atrás…veo una silueta que comienza a volar sobre la batalla sorprendida por lo que acaban de contemplar, una pantalla desaparece y una ave se une a su andar.

…pequeño soldado, una pluma, una escalera y un papel…


Natalia Caro

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