Los trozos de cuerpo roto por el acido de la presión
Los momentos invertidos sin sentido, el tiempo que rueda sin cabeza ni corazón.
Las manillas fuertes del reloj que me trague la semana pasada
Un pedazo de alma combinada con basura de sobras de rutina.
Un par de tareas mal tomadas que me comí sin mirar, sin ganas.
Y andando de nuevo, oscuro, suena un auto en la esquina de mi casa
Sonido fantasma de miles. No es el que esperabas. Marea y atrapa
La ventana espera y dos ojos frente a ella. Nada
Esperaban. Ansiaban. Preocupaban. Miraban
Nada. No llegaba.
Ansiedad…que también me trague.
Y vuelve a tirar los sesos revueltos, el estomago indeciso, la garganta apretada los músculos fijos.
Se trituran, se mezclan, se vomitan.
Se tiran.
Ya no sirven, me pesan. Y así como lo dejo atrás, me dejo atrás y tiro lo inservible.
Y adelante un nuevo camino. Ahora revuelve el estomago. Ya olvídalo.
Adelante, en un cajón perdido, ahí tíralo.
El cuerpo pide un respiro. Tíralo.
El cuerpo pide un abrigo. Tíralo.
Vaciada el alma ahogada, ahora solo pide un respiro. Tíralo.
Si solo te pesa, si no lo manejas, si oprime tu pecho, tíralo.
Natalia Caro Aranda
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